Clínica y Análisis Grupal Nº 100 (2008), Vol. 30 (1) Pags. 193-226
Esta sección nació con el número
treinta y tres, en un momento de renovación de estructura y diseño que Ignacio
Gárate, como secretario de redacción, impulsó. Iniciamos con Francesc
Tosquelles esta memoria extensa a través de retazos de quienes dialogaron en
nuestras páginas.
Encuentro en su casona de Granges
sur Lot. Recibe a Gárate con “bata cardenalicia, con un bigote pequeño y la
sonrisa terciada entre la boca y los ojos”.
“Yo había intentado hacer
psicoanálisis en el Instituto Pere Mata... y cuando en 1952 Daumézon y Koechlin
publicaron La psicoterapia institucional francesa contemporánea [donde se
relata lo que Francesc estaba llevando a cabo], fue para mí una sorpresa porque
yo no sabía que hacía psicoterapia institucional. Entonces me planteé qué
quería decir la palabra institución.” “Si el psicoanálisis se ha desarrollado
como técnica institucional terapéutica ha sido al margen de la Universidad, en
crisis con la medicina oficial y aparte de la sociedad... La institución es el
encuadre de los grupos, de la sociedad en general... La fenomenología pone el
acento en lo que uno vive, en lo que se ha interiorizado, en lo que experimenta
como sentimiento espontáneo; su ventaja es lo auténtico de la vivencia, pero la
vivencia supone que antes hay un cuerpo y están los cuerpos exteriores. La fenomenología
tiene por tanto un límite; el análisis va más allá y lo real precede a la fenomenología.”
La clínica fue primero la teoría
vino más tarde.
“No sé lo que es el hecho inconsciente.
El inconsciente no tiene nada que ver con los hechos. Creo que una cosa que
Lacan cogió de mí fue la afirmación de que el inconsciente no existe: insiste.”
No fue un mal encuentro este con
el catalán universal del psicoanálisis.
Octave Mannoni (n. 34, 1984)
Psicoanálisis y psicoterapia,
andanzas y vericuetos…
Con Ignacio Gárate:
“Una psicoterapia puede ser
analítica siendo una psicoterapia. Es bastante difícil de distinguir, aunque se
dice que el psicoanálisis funciona gracias a la transferencia y gracias a la
desaparición de la represión; una psicoterapia funciona gracias a la autoridad
del psicoterapeuta y al refuerzo de la represión que permite al comprometido en
la psicoterapia ser más libre. Pero esto es cierto y falso, en una psicoterapia
hay momentos de análisis y en un análisis tramos de psicoterapia... ¿el diván?,
no creo que el lugar tenga importancia.” “Yo diría que, en Freud, la relación
del psicoanálisis con el sistema nervioso es académica. También lo es su
relación con la lingüística. Se puede aludir a todo lo que sabe la lingüística,
pero uno no puede apoyarse en eso, no hay nada. Por eso critico a los que dicen
que Lacan ha hecho una revolución, porque ahora el psicoanálisis, en lugar de
remitirse al sistema nervioso se remite a la lingüística.”
Un recuerdo nostálgico:
“Lacan fue mi analista al final
de la guerra; evolucionó a veces de forma sorprendente, quiso proporcionar un
fundamento al freudismo, una base axiomática, pero no creo que lo haya
conseguido... Mantuve buenas relaciones con él hasta que cayó enfermo, cuando
ya no se le volvió a ver, cuando ya no se pudo tratar más que con Alain
Miller.”
Michelle Decerteau (n. 35, 1985)
“Hay algo en la naturaleza misma
de la experiencia analítica que es de tipo literario”, responde a una cuestión
de Gárate, y continúa: “Es un juego del otro en la lengua, con algo que es muy
interesante: la relación con una dimensión de lo Real. Intenté analizar esto en
un texto que llamo La novela psicoanalítica, sobre la institución. Justamente,
la institución en el campo analítico tiende a responder a la interrogación que
se plantea en el discurso, a partir del momento en que este se desprende de su
valor de expresión de Real.”
En torno a la mística y lo
inefable:
“es la posibilidad de construir
una cientificidad sobre la definición de un objeto huidizo... Lo inefable es el
sujeto, y esto sucede tanto en la mística como en el análisis.”
El sujeto, esa instancia inaprehensible…
Salomon Resnik (n. 36, 1985)
Hernán Kesselman lleva a cabo la
entrevista:
La psicosis es un modo de
detención del tiempo frente a la imposibilidad de vivir lo cotidiano.
“El tiempo congelado
es una de las formas de eternidad, la otra forma es la vivencia mística del
tiempo, en fin, la eternidad. Son dos modos de oponerse a la finitud, es decir,
a la realidad del cuerpo; porque el riesgo de utilizar la concepción de
diacronía y sincronía, es que se trata de un concepto estructuralista, dualista.
Yo creo que no se puede concebir una sincronía sin una diacronía y recíprocamente,
es decir, que el tiempo y el espacio están siempre implicados el uno en el otro
y, si no es así, es patológico...
El espacio vivo es el espacio
temporalizado. El espacio sin tiempo o el tiempo espacializado, como lo
llamaría Minkovsky, es un espacio patológico, diría Maldinet: es un pedazo sin
tiempo, o con pedazos de tiempo desorganizados, que no se mueven.”
Espacio y tiempo, ambos anclados
en el cuerpo, incapaces de desasirse de la entraña humana
Max Cocoynacq (n. 37, 1985)
Ojo avizor sobre este profesor de
teología, psicoanalista y antropólogo, a través de Ignacio Gárate.
“Fue la ética la que me condujo
al psicoanálisis; el concepto de libertad en teología es algo de la mayor
importancia... La problemática del deseo existe a través de toda la historia de
la teología, el mismo San Agustín lo puso en evidencia... Las posiciones más
clásicas provienen del Tratado del alma de Aristóteles, y no se puede confundir
hoy la inmortalidad –que es una cuestión puramente filosófica- y el problema de
la vida eterna –que es una relación en Dios-. El psicoanálisis tiene precisamente
la ventaja de poner en evidencia esta problemática, representa la experiencia
de la pérdida, de la pérdida radical, de la muerte simbólica que es la castración.”
Como en tiempos sucedió O.
Pfister, vuelve la ética en su compleja relación con el psicoanálisis. Cultura
y renuncia a la pulsión, más allá el Ello.
Antonio Colodrón (n. 38, 1985)
1969, un encuentro: Colodrón,
Castilla, Lafora, Caparrós... con este recuerdo comienza este último una
entrevista en la que investigación y rigor clínico son punto de referencia.
“La demencia precoz estaba
definida con más nitidez como demencia juvenil. La esquizofrenia es un concepto
más amplio, más ambiguo, más confuso. El aporte de Bleuler me parece una enorme
regresión desde el punto de vista conceptual con respecto a Kraepelin; pero es
cierto que de alguna manera había que clasificar esa serie de síndromes de
escisión que andaban dispersos y que no son necesariamente precoces, ni
conllevan un déficit de personalidad. Te voy a decir algo que te va a parecer
casi una herejía: creo que las esquizofrenias no tienen existencia como tal, no
son nada sustantivo; no son más que un intento de fijar los invariantes comunes
a una enorme cantidad de síndromes... Qué duda cabe de que la esquizofrenia es
una reacción de un organismo que tiene unas peculiaridades para enfrentarse con
el medio, que tiene una genuinas exigencias a las que precisa adaptarse mediando
unos modos de acción anómalos debidos a alteraciones hasta ahora consideradas
endógenas o criptogénicas, y que parecen en trance de dejar de serlo.”
Bleuler hubiera seguido siendo
psicoanalista si Freud accediera a cambiar autoerotismo por autismo.
Bleuler representó el crepúsculo
de la fenomenología psiquiátrica.
Michel Demangeat (n. 39, 1986)
En su encuentro con Gárate, nos
relatará cómo, en su trabajo con psicóticos, sintió la necesidad de dejar el
asilo e incorporarse a los hogares de post-cura que él mismo había creado.
“Bergouignan intentaba hacer algo
psicoterapéutico... aprendía y nos enseñaba a escuchar. Para nosotros era una
revolución con respecto al medio médico y neurológico de Burdeos. Nos enseñaba
a leer autores psiquiátricos... a partir de ahí, pude realizar una serie de
experiencias que constituyeron novedad: la primera fue la introducción, con
Bergouignan, del Entrenamiento autógeno de Shultz... creé muy pronto una
consulta en el hospital... al mismo tiempo mantenía contactos en Ste. Anne
(París) con gente que tenía formación analítica. A principios de los sesenta inauguramos
centros de post-cura. Habían llegado los neurolépticos y los timoanalépticos
con Kühn. Los enfermos mejoraban, ya no les podíamos guardar en esos
gallineros, como los llamaba Henry Ey cuando nos visitó.”
La superación de la psiquiatría
manicomial inicia los primeros pasos.
Pedro F. Villamarzo (n. 40, 1986)
En 1980 fundó el centro
psicoanalítico Oskar Pfister. Un año antes obtuvo la Cátedra de Psicología
profunda en la Universidad Pontificia de Salamanca.
“Freud afirmó que el ejercicio
del psicoanálisis requiere un instituto profesional... tanto la universidad
como el propio psicoanálisis se ven mutuamente enriquecidos por este recíproco
contacto... En la Metapsicología estudiamos primero el aparato psíquico con los
tres momentos de articulación que del pensamiento de Freud... La primera y la
segunda tópica... El segundo gran tema es la pulsión; en él se siguen también
tres grandes momentos: el de partida, relativo a la primera teoría de los
instintos en 1905, la modificación con la introducción al narcisismo y
finalmente con Más allá del principio del placer... Para terminar desarrollamos
el tercer gran tema: el conflicto psíquico.”
Caparrós se interesa acerca del
porque de su decisión a la hora de escoger la sublimación y los destinos de la
pulsión como tesis doctoral.
“En
mayo del 68 estoy en París, estudiando en La Sorbona y trabajando con
emigrantes españoles dentro de mi inquietud religiosa. En este momento surgen
determinados movimientos contestatarios, también dentro de la misma Iglesia y
del clero inclusive. Tales movimientos cuestionan frontalmente múltiples
planteamientos tradicionales en la sociedad civil y en la Iglesia, entre ellos
el tema del celibato... Con tal motivo se me ocurrió investigar el pensamiento
de Freud, aparte de compulsarlo con mi experiencia clínica, sobre el complejo
tema de la abstinencia sexual.”
Satisfacción, represión,
inhibición en cuanto al fin y sublimación. La meta de la pulsión es la
descarga, pero la descarga total representa la muerte; difícil tesitura y en
medio de todo el psicoanálisis.
Malcolm Pines (n.41, 1986)
Fue presidente de la IAGP con la
que mantiene un nivel de implicación importante. Desde la Tavistock en Londres,
vino a participar en este encuentro. Caparrós le pregunta por el futuro del grupo...
“Las nuevas generaciones tendrán
la responsabilidad de hacia dónde quieren dirigirlo. Algunos desean unirlo al
psicodrama. Tendríamos que desarrollar algún método para trabajar con grupos
breves, todavía nos basamos en el modelo de grupo de larga duración. Lo que nos
interesa es dejar abierto el camino para un diálogo entre psicoanálisis y el
análisis grupal que sigue dependiendo en gran medida del primero. Tendremos que
estar abiertos a la investigación sin renunciar a nuestra postura, distinta del
psicoanálisis. También existe, como sabes, una escisión entre terapia familiar
y análisis grupal. Antes enseñábamos terapia familiar, pero los terapeutas se
separaron de nosotros para establecer su propio instituto. Estaban muy
entusiasmados con la Escuela de Milán, las paradojas, técnicas manipulativas...
Esperamos traerlos gradualmente de vuelta para formar grupos de familias en
análisis, lo considero muy importante.”
La escuela inglesa, el
grupoanálisis. Foulkes y el contrapunto bioniano. El grupo necesita de nuevos
conceptos…
Angela Molnos (n.42, 1986)
Esta filósofa (por Génova),
psicóloga (en Berlín) y analista de grupo (en la Tavistock), nos recibió en su
apartamento londinense abarrotado de luz y plantas que pueden traslucir su
añoranza por Buenos Aires, Montevideo, Kenia, Tanzania o Uganda donde realizó
investigaciones psicosociales. Trabaja sobre la psicoterapia breve de grupo y
reconoce a Malan como uno de sus maestros, sobre él comenta:
“Como los psicoanalistas
tradicionales, comienza por interpretar la defensa y la ansiedad para llegar a
la emoción verdadera por medio de interpretaciones. En cambio, Davanloo no
ofrece ninguna interpretación mientras el paciente esté en resistencia. Más
bien hace preguntas específicas, a veces provocativas, desafía las
contestaciones evasivas, imprecisas, las intelectualizaciones y, sobre todo, la
pasividad del paciente. Sus intervenciones tienen el fin de estimular el
inconsciente a reaccionar con emoción... luego empieza a ayudar al paciente a
entender la conexión entre sus defensas, ansiedades y la emoción duradera.
Estas conexiones son en un nivel cognitivo... El problema de su técnica es que
tiene aspectos íntimamente ligados a su personalidad... La voz de Malan es
mucho más uniforme, la de Davanloo varía constantemente... una parte de su
técnica no lo es, es arte que surge de su inconsciente.”
Una innovadora de la terapia
breve de objetivos limitados en donde se aúna el difícil arte de elegir el foco
esencial y la complicada técnica de elaborarlo en un plazo corto de tiempo.
Carlos Martínez Bouquet y Jorge
A. Solanas (n.43, 1987)
Hernán Kesselman coordina el
encuentro.
Decía el primero: “Convendría
pensar en las diversas técnicas de la psicoterapia como recursos y no como
panaceas. Creo que uno de los errores ha sido el que señalabas: contraponer un
modo de trabajo a otro, como si cada uno por sí solo pudiera y debiera contener
toda la verdad. En medicina hay diversos medios de exploración...”
Este autor fue uno de los
pioneros en utilizar la grabación en psicoterapia. “Viendo una escena y reconstruyendo
lo que en ella pasó, lo revivís sin que la presión o el olvido, que es
inmediato, interfieran. Y esto sirve, además para elaborar. Porque uno va a
hacer de nuevo consciente lo que reprimió.”
Psicodrama psicoanalítico. Dos
representantes de la fértil escuela argentina en este campo.
Eduardo Pavlovsky (n.44, 1987)
Nos acompañó desde el comienzo en
nuestras páginas y ahí sigue, ahora rescatando a Meyerhold. Con Nicolás
Caparrós como interlocutor recordaban Plataforma, de la que ambos fueron
fundadores. “Se ha borrado una historia que, peor, regular, nefasta o creativa,
ha sido importante para la identidad del psicoanálisis.”
De Moreno recoge la técnica,
pero: “Creo que hay una trilogía que le da una singularidad específica al
psicodrama que yo intento hacer: 1. La necesidad de que el psicólogo tenga un
nivel de adiestramiento corporal, que el cuerpo no sea algo que se lleva como
una carga, como un objeto, sino que sea sujeto de la experiencia. 2. El campo
estrictamente dramático, técnico, imaginario, es decir, ni Moreno ni Lemoine
trabajan con el grupo en la idea más básica de Proceso grupal tanto de Pichon
como de Foulkes o Bion... 3. En lo que respecta a la escena dramática, lo que
me singulariza es la relación dialéctica que percibo entre el psicodrama y la
escena grupal, a diferencia de la “escuela freudiana de grupos” de Lemoine
donde no existe el grupo como instancia transformadora del proceso dramático...
La mayor subjetividad en un grupo alcanza el máximo nivel de objetividad”.
Psicoanálisis que utiliza al
psicodrama, que no se opone a éste. Escena, cuerpo y grupo y una técnica que
permite articularlos.
Joseph Berke (n.45, 1987)
Nos encontramos en Kinsley Hall;
Joe pide a Nicolás “alguna maravillosa pregunta” y arrancan en torno al
narcisismo: “El problema del narcisismo surge de la envidia. La personalidad
narcisista conlleva un gran odio hacia sí mismo y hacia otros, que se impone
sobre la realidad; están como encapsulados sobre sí mismos. Creo que para
entender los problemas de la envidia, hay que entender los del narcisismo y
viceversa... En principio todo narcisismo es amargo, la persona siente que se
está perdiendo y se asusta de su falta de capacidad para disfrutar del mundo,
amar a la gente, a sí mismos... esto provoca una gran agresión, un gran odio
hacia los que poseen esa capacidad, ahí surge la envidia.” Y un apunte
personal: “Al psicoanálisis me llevó la angustia ante el psicótico. Es cierto
que Mary [Barnes] alimentó mi omnipotencia, era un proceso lento pero
necesario... pero yo diría que era la angustia en la cara de Mary por su
sufrimiento lo que levantaba en mí una angustia difícil de contener.”
Los viejos tiempos de Kinsley
Hall al fondo. No es un azar que entre tanto donde elegir surja el narcisismo
como hilo conductor del encuentro. Narcisismo de los terapeutas, narcisismo de
los pacientes, omnipotencia…, narcisismo como defensa suprema frente a la
angustia que se dispone a atacar el último bastión del yo.
Joel Dör (n. 46, 1987)
“La Introducción a la lectura de
Lacan no fue desde el principio un proyecto editorial. La publicación nació de
la preocupación por reunir cierto número de argumentos que había dispensado
durante una enseñanza que parecía satisfacer, con toda la ambigüedad que esto
supone, a un tipo de auditorio que en aquella época, no podía contentarse ya
con esas publicaciones de Escuela.”
Gárate comenta: “Una de las
interpretaciones que se ha dado al Seminario sobre Real, Simbólico e Imaginario,
es que la cuestión del padre se desenlaza en lo que Lacan llama el nudo
borromeo, y que existiría, desde ahí, un más allá de la castración. No sé si
usted comparte esta opinión, o si finalmente piensa que el escollo de la
castración no es algo radicalmente presente en la obra de Freud.”
“No sé si se puede hablar de un
escollo de la castración. Existe incontestablemente un problema alrededor de la
castración que atormentó a Freud, y a partir del cual pudo decir, como acaba
usted de evocar, que existe algo insuperable. Pero no sé si se puede decir que
Lacan ha superado lo que en Freud era insuperable. Al final de su vida Newton
parece haber dado con una serie de límites dentro de su especulación física,
dos o tres siglos después Einstein superaba, a su manera, unos límites
prescritos por Newton.”
El diálogo sigue por otros
derroteros:
“La cuestión no es saber si es
mejor o no tener tal síntoma, se trata de saber cómo se acomoda el sujeto con
respecto a su placer o su displacer. Si hay algo que es terapéutico en
psicoanálisis, es llevar la economía psíquica del sujeto hacia una inclinación
más orientada en lo que a él se refiere, dentro de su propia historia, hacia
algo que se sitúa más del lado del placer que del sufrimiento.”
Armando Bauleo (n. 47, 1988)
Se dan cita dos grandes amigos y
cómplices que nos ofrecen recuerdos e improvisaciones.
Caparrós aviva la memoria de
Armando hacia sus años mozos: “Me lo pusiste difícil... claro, es interesante
que plantees esto. Pensando en ese primer contacto, voy directamente a mis
amigos del colegio, en secundario; pequeño grupo en el que nos uniría una
horrible competencia, lo cual llevó a que de cinco tipos, tres fuéramos medalla
de oro del colegio nacional... llevados por la misma competencia saltábamos
años, nos unía la rivalidad. Creo que fue la experiencia más primitiva, como
diría Bion. El grupo de trabajo no era más que un pretexto para podernos unir, en
frase del gran Searles, pero más que por la rivalidad, por el hecho en sí.
Después de todo, como siempre sucede en estos casos, queda un gran amor entre
todos nosotros una vez elaborada la situación... El contraste, un amor a
distancia llamaría al grupo de ahora, amor a distancia desde el momento en que
estuvo en el exilio gente que quiero, todos están en distintos países, ellos
viajan, yo viajo... Emilio [Rodrigué] nos ha llamado psiconaúticos.”
Y un testimonio sobre un
encuentro interesante: “Bion había llegado a la Asociación Psicoanalítica para
dar una conferencia. Pichón [Rivière] hacía tiempo que no iba por haber tenido
algunas peleas con ellos pero quiso escuchar a Bion a quien conocía de años
atrás. Bion da su conferencia de pie, mirando atentamente a Pichón que no deja
de tomar notas. Al terminar pide la palabra. Me impresionó este encuentro del
que no recuerdo bien lo que pudieron decirse, ni me interesa, lo importante era
cómo los dos hablaban y se miraban... Ahí queda reflejado lo que pueda haber
entre los dos y los grupos. Todos nosotros asistíamos como grupo, aquella
discusión entre dos fuentes de identificación, entre dos líderes que manejaban
una situación, no solamente desde lo explícito, sino también desde lo
implícito, y entre los cuales, por momentos, no era necesario hablar...”.
Pienso ahora que es la sensación
que yo he experimentado cuando he sido testigo de trabajos de Armando y Nicolás
en equipo...
Elisabeth Roudinesco (n.48, 1988)
La batalla de cien años marcó un
hito de reflexión histórica en Francia. A través de esa historia de pasiones
que es el psicoanálisis nos conduce Ignacio Gárate y ella responde:
“Si el psicoanálisis se encuentra
en una posición de relegación, creo que es porque Lacan cometió el error de
indagar por el lado de las matemáticas, en busca de modelos. Es coherente y muy
interesante, pero creo que no trabajó suficiente el terreno de lo biológico;
hubiera podido interesar más por un debate con los biólogos o con los
científicos en general, que por la lógica formal. Creo que no se ha ocupado lo suficiente
de un debate con otros campos de la ciencia diferentes de la matemática... Creo
que el campo de la psicosomática es una falsa vía de discusión con el psicoanálisis...
En general, cuando el cuerpo médico se apodera de posiciones psicoanalíticas,
lo hace de manera muy simplificada... lo que es mucho más interesante para el
psicoanálisis en este campo es escuchar la palabra de los sujetos enfermos, en
vez de dar explicaciones psicosomáticas al cáncer o a otras enfermedades. De
todas formas sabemos hoy que cualquier enfermedad es un conjunto de cosas donde
intervienen fenómenos llamados psicológicos.”
…Diálogo con otras ciencias,
diálogo sí porque sin él el psicoanálisis corre el riesgo de perder su
identidad.
Marie Langer (n.49, 1988)
Entrevista teñida de psicoanálisis
e implicación política, donde la vieja dama de las mil historias, de las mil
experiencias desgrana algunas opiniones.
“Las terapias que desempeñamos y
supervisamos están centradas en actividades grupales: grupos terapéuticos,
grupos familiares, grupos de admisión en los hospitales, etc. Grupos siempre,
no sólo porque en una sociedad que pretende el desarrollo integral de todos, la
atención psicoterapéutica individual resulta insuficiente, sino también porque
las problemáticas y el sufrimiento mental se generan en grupo, por lo que es
justamente en situaciones grupales como mejor puede resolverse esto. La
actividad grupal concuerda totalmente con la ideología nicaragüense: fortalece
la solidaridad y enseña a socializar el dolor y los esfuerzos para aliviarlo.
Esto no quiere decir que nunca se justifique un tratamiento individual; está
totalmente indicado cuando hay carencias tempranas, también en otros casos,
pero eso nos alejaría de las posibilidades actuales en Nicaragua”.
Faltaba poco para su muerte. Marie
Langer la de los bosques vieneses, la de las Brigadas Internacionales, la
fundadora de la Apa… Marie Langer.
Juan Carlos de Brassi y Diego
Napolitani (n. 50, 1989)
Terminaban las primeras Jornadas
de nuestra sociedad (SEGPA) en las que se discutió sobre epistemología, teoría
de grupo y la relación individuo-grupo. En esa línea siguieron dialogando el
filósofo Juan Carlos de Brassi y el psiquiatra y psicoanalista italiano Diego
Napolitani.
Napolitani: “…Mencionas el
monismo; yo no creo ser monista en lo que respecta al aspecto psicológico del
saber. Para dar un ejemplo práctico, ayer se habló de la guerra. Yo respondo a
este problema en términos de antropología cultural y no de antropología
metafísica. Digo: la guerra es producto de una cierta modalidad de agregarse,
de la agregación social elemental, y cada agregación social elemental tiene su
episteme… la guerra está en el interior de una cultura… es un elemento cultural
para el cual el proceso de un objeto es el elemento fundamental, no para mi
supervivencia, sino para el proceso del objeto; es la manera en que siento la
pertenencia a esta agregación humana determinada, a esta tribu y no a otra. Hay
que tener continuamente en cuenta esta multiplicidad. Hago una hipótesis
policéntica de la condición humana…
Grete Leutz (n. 51, 1989)
En torno al psicodrama.
“El psicodrama puede aplicarse de
distintas maneras. En primer lugar se puede utilizar como instrumento
diagnóstico. También para interactuar en el presente. Como se hace un
intercambio de roles, el protagonista siempre tiene una experiencia en el papel
de “su otro” importante, que le supone una visión más amplia incluso si uno se
queda en el presente de la interacción. Cuando el paciente está muy mal, su uso
no es del todo adecuado. Por ejemplo, el protagonista reacciona cara a la otra
persona de una forma aparentemente inexplicable. Eso indica una actuación de la
transferencia. Entonces normalmente le dejo en su estado de rabia, depresión, o
del sentimiento que sea que no parece encajar en la escena que se ha actuado y
le pido que me diga otro momento en que haya experimentado lo mismo. A
continuación se produce una regresión; actuamos la escena que evoca y luego
volvemos a la del presente... Siempre hay una tentación en psicodrama de ir
demasiado deprisa.”
Frases prietas en las que se
mezclan teoría y técnica.
Nicolás Caparrós y Antonio García
de la Hoz (n. 52, 1989)
El cincuentenario de la muerte de
Freud dio pié a estas reflexiones. La obra psicoanalítica rebasa hoy con mucho
el peso que se puede depositar en las costillas de un hombre solo. Freud,
humilde y orgulloso, no tendría mejor homenaje que este: entrar en el lugar de
los Copérnico, Galileo, Pascal, Newton, Einstein y algunos otros, que son los
que representan la capa venerable de los saberes que les cubren, cuya tupida
trama contribuyeron a crear. A Antonio García de la Hoz le llama la atención
“la tendencia que hay a clasificarlo, a hacerle clásico, cuando en realidad es
un hombre moderno, un hombre del siglo XX que muere a mediados del mismo. Por
otra parte, también se da la tendencia a rejuvenecerlo, a revivirlo una vez
enterrado.”
Nicolás Caparrós pregunta: “¿No
crees que así como la pulsión sexual ha sido estudiada con gran sistematicidad,
por el contrario, los desarrollos actuales del psicoanálisis adolecen de una
cierta falta paralela de estudio de la pulsión agresiva? Me refiero sobre todo
a los desarrollos que lindan más con los planteamientos clásicos... ¿No opinas
que, en lo concerniente a la formación actual del analista, se ha academizado
en exceso todo lo que tiene que ver con la lectura de textos directamente
psicoanalíticos y se ha descuidado, en parte, algo que los primeros analistas
hacían o tenían de antemano como lecturas y buceos culturales en otros campos?”
“Estoy totalmente de acuerdo. El
pansexualismo del que se ha acusado al psicoanálisis es precisamente reflejo de
esa concepción errónea.
El estado del psicoanálisis
contemporáneo: psicología del Yo, M. Klein, Lacan, Kohut, Gedo, O. Kernberg, se
desgranan en estas reflexiones, que terminan con un comentario de R. Sterba:
“es imposible imaginarse el psicoanálisis sin el Gymnasium vienés y sin la
formación que allí se daba”.
A. Bauleo, N. Caparrós y B.
Rothschild (n. 53, 1990)
Roma 1989, veinte aniversario de Plataforma.
Varios de sus fundadores se vuelven a reunir en Roma, en este caso para
disolverla. Al mismo tiempo y a modo de símbolo cae el muro de Berlín.
Berthold Rotschild: “Creo que no
tenemos que negar lo afectivo que nos impulsa a reunirnos, es también un
aspecto portador de muchas cosas, aunque no deba constituir el centro de una
discusión intelectual... Estoy satisfecho de estos dos días, pienso que hemos
visto que hay gente que tiene que continuar manteniendo mitos, que hay otros
que se sienten libres para dejar cosas, no el discurso, sino la relación con el
pasado... Ha sido una iniciativa valiente, sabíamos que la unidad se había
perdido, incluso en Zúrich, mi ciudad, hay una gran diversificación de
intereses.”
Nicolás Caparrós: “Se me ocurre
que cuando se fundó Plataforma se daban dos acontecimientos muy juntos: el mayo
del 68 y el cordobazo del 69; ahora se están desplomando todos los regímenes
del Pacto de Varsovia. Es curioso que nos hayamos reunido en esta época. ¿Qué
se os ocurre sobre ese fenómeno social con las nuevas corrientes que surjan, en
relación con psicoanálisis y marxismo?”
Armando Bauleo: “Por momentos me
da una especie de vértigo con esa difusión centrífuga. El problema que surge es
de soledad, de aislamiento, quién con quién para comunicar qué. Puede que
exista la ilusión de otras uniones, pero creo que lo que prevalece en estos
momentos es la centrifugación y no sabemos el tiempo que habrá que esperar. El
problema es que uno tiene que esperar solo, sería necesario hacer el análisis
de cómo salir de ese individualismo para ver que todo es un problema
ideológico, político, social.”
Entre nostalgias, desconfianzas y
deseos tentativos quedó disuelta Plataforma.
Sigmund Freud (n. 54, 1990)
Una entrevista imaginaria a Freud
en torno a los grupos realizada por Nicolás Caparrós.
Pregunta.- ¿Estallará la guerra?
“La guerra, cualquier tipo de
guerra, es inseparable de la condición humana. Hace años escribí que es siempre
posible mantener ligadas mediante el amor a un número considerable de personas,
en la medida en que existan otras para recibir la agresividad. En estos momentos,
cada Estado mira con recelo a su vecino, todos piensan que la barbarie está más
allá de sus fronteras, acechando. El viejo Goethe seguramente se sentirá
inquieto en su tumba, pero la situación no es nueva.”
Pregunta sobre el grupo y la
cultura.
“En Tótem y Tabú me ocupé del
grupo sin líder. La horda primitiva, tras el asesinato del padre, carece de
alternativa si es que pretenden vivir juntos y han de instituir la ley contra
el incesto mediante la cual todos han de renunciar a la madre que desean. Pasa
el tiempo y la especie evoluciona. El ideal del Yo, unido a su costado singular,
tiene también su faceta colectiva, se convierte en ideal común de una familia,
de una clase o de una nación.”
… El malestar en la cultura se
acentúa: las purgas estalinistas, el Holocausto…, Los Jinetes del Apocalipsis
anuncian la Segunda Guerra Mundial.
Ferdinando Vanni (n. 55, 1990)
Psicoanalista que preside la
Asociación de Psicoterapeutas de grupo de Milán. Refiere así el trabajo terapéutico
con niños muy pequeños:
“El
terapeuta trabaja a través de la educadora y los otros niños, nunca directamente
con uno solo. De los tres a los doce o trece años, en la fase de latencia,
también resulta muy difícil hacer interpretaciones verbales, sobre todo en el
primer periodo de la terapia. El terapeuta puede utilizar los juegos
simbólicos, fantásticos, reales, las representaciones cuasi dramáticas y las
actuaciones de los niños para comprender sus problemas y su contenido interior...
El punto de partida del trabajo con niños en grupo ha sido el trabajo con
adultos. Es una cuestión compleja porque está basado en la teoría psicoanalítica.
Este esquema se da en dos niveles de funcionamiento mental completamente diferentes.
En uno la experiencia, la constitución del Yo; no hay protección en los niños, la realidad es
la que es. En el otro, las relaciones con los adultos y todas las relaciones
transferenciales. Además hay que ver el continuo pasaje del niño de un sistema
a otro. Las modificaciones del niño en este tipo de desarrollo son inducidas
por la experiencia, siempre y cuando sea posible, en otro universo, el de las
relaciones paritarias, y éstas están continuamente influenciadas por el trato
vertical con los adultos.”
Paul Laurent Assoun (n. 56, 1991)
En su primera conferencia en España para
hablar de psicoanálisis, escogió como tema el original vínculo de Freud con
nuestro país, su gran atracción por la España fantasmática. Esta vez me hice yo
cargo de la entrevista.
La necesidad de forjar un lenguaje propio,
apto para dar nuevos nombres a cosas nuevas (Nietzsche), le llevó a servirse
del castellano para reinventar un lenguaje para el que no existía diccionario.
Cipión y Berganza son encarnados por Silberstein y Freud. “El psicoanálisis se
desarrolla en el contexto vienés, pero como bien se sabe, a Freud no le gusta
Viena, ni su peculiar atmósfera de desencanto, pero dice que allí no puede
hacerse un trabajo serio... Estoy en contra de una interpretación demasiado
culturalista que afirma que el psicoanálisis es un producto puramente vienés.
Por el contrario, es cierto que Freud se inscribe en el clima de crisis de la
subjetividad. Veo una conexión entre la crisis de la subjetividad en Viena a
finales del diecinueve y la crisis del sujeto en Francia en los años sesenta.
Hay un cierto desequilibrio en la relación entre el saber del sujeto y la verdad,
tanto en filosofía como en literatura. Ahí Freud está muy atrapado, pertenece a
ese clima de desencanto y, al mismo tiempo, quiere producir un pensamiento
objetivo; no es un típico vienés.”
Pregunta. ¿Podría ser Silberstein el Sancho
de Freud?
“Freud siempre tuvo necesidad de alguien
que presentaba como inferior, como menos inteligente y lo recupera, lo toma.
Algo que me parece interesante en psicoanálisis, lo que llamo el entendimiento
freudiano, es el “enseñarse”, osar saber. Freud siempre dice, por supuesto
dividiéndose, que la inteligencia es importante, pero que la virtud fundamental
es el valor, la tenacidad. Ahí encontramos al conquistador; puede decirse que
Don Quijote fracasó en todo, pero de todas formas, partía.”
Desgrano preguntas que, poco a poco se
centran en torno a la pulsión de muerte.
Schopenhauer ve la muerte como resultado y
fin de la vida. ¿Qué le sugiere la comparación entre el pesimismo freudiano y
el pesimismo de Schopenhauer?
Schopenhauer se convierte en el pensador de
fin de siglo, pero la teoría freudiana del pesimismo no es una concepción del
sujeto en tanto que sujeto del conocimiento… el sujeto está determinado por
fuerzas como el amor y la muerte. En Freud no encontramos esto sino la pulsión
de muerte.
… “La muerte es muy importante en la vida
de Freud, pero hablamos demasiado de la muerte, se olvida el sentido metapsicológico
profundo de la pulsión de muerte… La relación que mantiene con su propia
enfermedad es asombrosa, la niega, hay un contacto fóbico con la muerte pero la
pulsión de muerte no es especulación, es fatídica.
La entrevista se prolonga con la catarsis,
la compulsión a la repetición y un pequeño apunte sobre el paralelo entre Freud
y Nietzsche. Un hilo de Ariadna para discurrir en el laberinto psicoanalítico.
Hernán Kesselman (n. 57, 1991)
Hernán nos acompaña desde nuestras primeras
páginas. Este encuentro fue peculiar, tanto Antonio García de la Hoz como él,
no percibieron que la grabadora estaba desconectada. La versión publicada
intentó recrear la que se perdió
“España fue mi patria de adopción. En el
libro escrito con Tato Pavlovsky La multiplicación dramática, decía que volvía
a Buenos Aires para no seguir escapando, es-capando (ser capado). Me tuve que
ir de Argentina, a mi pesar y quería volver para reconstruir lo que había
dejado, porque quería a mis amigos, porque quería. Me arrepentí desde el día
que llegué, en el mismo avión con mis hijos llorando... Pero he tenido un gran
privilegio, como me ocurrió en España, tuve una red de amigos que me ayudó a
trabajar. Además, Argentina sigue siendo una especie de Paraíso del
psicoanálisis, conserva los estertores viscontianos del psicoanálisis... Hay
lugar para todos, sistémicos, lacanianos, pichonianos, kleinianos... Cuando a
un taxista le pagas mal el trayecto, te pregunta si se te ha frustrado el deseo
del sueño de la última noche... Cuando volví repatriado me devolvieron las Cátedras
de las facultades de Medicina y Psicología, pero finalmente he terminado como
asesor, junto con Pavlovsky; hemos decidido desarrollar una tarea en el intersticio,
que no estuviera insertado como funcionario, ayudar a reconstruir hospitales,
centros de salud...”
Como Antonio Caparrós, Como Armando Bauleo,
Como Tato Pavlovsky, como tantos otros, los que se salvaron a tiempo, los que
vivieron y sus hijos pudieron conservarlos.
Cuando Hernán llegó a España, con la negra
sombra del gobierno militar encima, solía hablar de su hija Luchi, de eternos
nueve meses, hasta que un día le dijo Nicolás: Hernán tu hija crece, ya no
tiene nueve meses, lo sabrás cuando llegue, cuando la veas. El tiempo congelado
del exilio, de los recuerdos. Luchi sigue cumpliendo años, Hernán también.
Fernando Ulloa (n. 58, 1991)
Encuentro en Buenos Aires con este Didacta
de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Un Martín Fierro de la espuela y el zaino.
Le esperaban dos conferencias con una cuestión cada una: cómo trabaja un psicoanalista
en la salud pública y para qué sirve un psicoanalista.
“Ante estas dos preguntas, la primera en el
campo de la marginalidad y la otra en el de la cultura, me planteaba si voy a
contestar lo mismo o si va a haber incongruencias. Por otra parte, hace dos
semanas hice dos intervenciones muy próximas: una integrando el papel
laplanchiano sobre iniciación al tratamiento y otra a partir de un artículo, Marginación,
violencia y malestar en la cultura, recordando un clásico de Freud... Pensé que
para hacer bien un análisis, tendría que empezar por plantearme para qué sirve
el analista que yo elegí, para qué me sirvió a mí. Con esto quiero destacar que
no cabe la pregunta en términos indeterminados, para qué sirve un analista,
sino paraqué sirve el analista, mi analista, es decir que ya incluye el campo
contratransferencial... Planteo cómo se va pasando de la novela familiar neurótica
a la novela histórica transferencial. En un momento dado hay que emanciparse
también de esa novela histórica familiar... El hecho es que en un momento dado,
alguien –y en este caso hablo de mí-, se da cuenta de que lo que no fue no es
cierto y que lo que fue, un día dejará de ser; dos puntos importantes,
tendencia a esperar un encuentro que no se va a producir y además sabe, como
sujeto que es uno para la muerte, que lo que fue dejará de ser. Eso marca para
mí el final del análisis. Es una especie de metáfora de la muerte, una de las
pocas oportunidades que uno tiene para analizar algo del futuro de su propia
muerte. Librarse del sujeto que vive hacia la muerte para ser el sujeto que
vive hasta la muerte, que la muerte lo encuentre vivo.”
Luis F. Crespo (n. 59, 1992)
Francisco Chicharro, el entrevistador,
inicia unas reflexiones sobre este “neurólogo, psiquiatra y psicoanalista didacta
de la APM; iniciador hace casi veinte [ya treinta] años de una reforma que,
partiendo de un Hospital psiquiátrico inaugurado a mediados del S XIX (Sta.
Isabel de Leganés), culmina en estos momentos con el establecimiento de una red
de asistencia con centros ambulatorios en cada distrito, Unidad de agudos,
Unidad de rehabilitación, Centro de día, Hospital de día, Residencia asistida,
Talleres protegidos, Equipos de asistencia a domicilio, etc. Dejó las sesiones
clínicas de López Ibor por una beca en París en la Salpêtrière primero y en St.
Anne´s después, allí contactó con el psicoanálisis. “Me parece que una de las
cosas que me ha hecho permanecer tanto tiempo en una institución, es el campo
de las psicosis, es el lugar de elección para tratarlas. En la práctica privada
he atendido fundamentalmente neurosis y en la pública, psicosis... La docencia,
investigación, congresos, deben ocupar una parte del quehacer profesional.
Además, rotar por distintos dispositivos, a pesar de las resistencias que despierta,
evita situaciones psicotizantes y cronificantes. Tenemos que cuidarnos y no
creo que la institución sea sensible a estos temas, pensar que hay una madre
todopoderosa que va a echar una mano es una ingenuidad.”
Del St. Anne, cuna de la reciente psiquiatría
francesa, del psicoanálisis de Bouvet, de la concepción organodinámica de H.
Ey, del primer Lacan, de A. Green, hasta el Hospital de Leganés, aun dormido en
el sueño eterno del asilo y empapar pacientemente de gotas psicoanalíticas a un
lugar tan refractario.
María Fux (n. 60, 1992)
María hace terapia a través de la danza con
discapacitados (autistas, ciegos, sordos...). Nuestra rápida conexión inicial
permitió este comienzo: “La pierna inmóvil de mi madre (que superó la rigidez
de una pierna sin rótula), es el secreto de mi interés por la incapacidad, la
pierna de mi madre me ha dado la movilidad que tengo, con su pierna rígida me
enseñó a danzar. Mi madre me sigue nutriendo, dice “te peinás siempre a la
antigua, así no vas a encontrar novio!” Ella volvió a casarse a los ochenta...
¡sin permiso de los hijos!”. Le gusta trabajar en equipo con psicoanalistas,
psiquiatras y en estos momentos se confiesa apasionada por la formación: “Que
las cosas no mueran conmigo. Yo soy una artista, pero necesito que lo que voy
encontrando a través de mi arte, se desparrame con mis ideas, a través de la
creatividad en el cuerpo... estimulo al otro a que tenga interés por nacer; yo
cambio también, no enseño, doy mi experiencia a otros como estímulo.”
Una forma humilde de trabajar el cuerpo por
medio de un rito ancestral: la danza. La expresión del cuerpo se hace
transparente. Cruce de experiencias, creación de experiencias.
Edward R. Shapiro (n. 61, 1992)
La entrevista tuvo lugar en el transcurso
de cuarenta y ocho horas de trabajo intensivo sobre la Identificación
proyectiva.
“La identificación implica coger un aspecto
de sí mismo que no se tolere y buscar por toda la humanidad a alguien a quien
le falte para intentar quitárselo de encima. La persona seleccionada estará dispuesta
a recogerlo si la percepción es acertada. La experiencia consciente de la
persona que proyecta es: no se parece a mí. La experiencia inconsciente: es
como yo... No es sólo la fantasía, también tiene que ver con el comportamiento,
y el comportamiento es diseñado para conseguir afirmación de la otra persona,
que es quien necesitamos que sea; la evidencia que no apoye esto suele pasarse
por alto. Quien proyecta está completamente seguro de saber quién es la otra
persona, no hay dudas sobre el elemento proyectado y, por otra parte, la
identificación es complementaria, se da por ambos lados.”
Caparrós: “esto estaría relacionado con un
problema narcisista; el pensamiento psicótico profundo también se construye con
certeza...”
Shapiro: “La identificación proyectiva es
una noción, espectro de un concepto que va desde las proyecciones psicóticas
más primitivas, más distorsionadas, a las más sanas y más ricas. Para saber
quién es la otra persona, se hace una proyección para comprobar si encajan los
datos; a eso llamo empatía y se efectúa para hacer una identificación selectiva
formal. Llamarlo narcisista es correcto en un sentido muy restringido; es
narcisista cuando representa una relación consigo mismo.”
M. Klein primero, Bion más tarde, las reflexiones
sobre la identificación proyectiva son inagotables.
Alberto Fontana (n. 62, 1993)
El encuentro con este psicoanalista pionero
en el uso del ácido lisérgico y la sesión prolongada en América Latina, lo
lleva a cabo Hernán Kesselman. “En los años sesenta, después de la guerra,
había todo un movimiento donde la gente estaba preocupada por la búsqueda de
amor, de la no violencia. Además, el hombre atraviesa el espacio y se abre una
cosmovisión diferente a pesar, o tal vez quizá, por la Guerra fría. En ese
momento arrancan muchas comunidades terapéuticas, migraciones, nuevas ideas y
nuevos conflictos sociales... Tuve dos Escuelas, una Psicoanalítica –me
analizaba con Racker pero vivía y me formaba con Pichón-... Después el trabajo
con alucinógenos y el teatro, hacíamos creación de acontecimientos y creo que
surgieron como resultado de la forma en que dramáticamente transcurrían las
sesiones con alucinógenos... Luego pensé lo importante de trabajar los orígenes
y las identificaciones, sobre todo con inmigrantes, y hacerlo con el fotodrama.
Hay una novela familiar en el neurótico, pero también existe una novela
familiar de inmigración; cómo puede ser que hubiera tantos nobles en Europa y
vinieran sus hijos a la Argentina. El análisis no termina con la familia, tiene
que ver con la sociedad y con los movimientos sociales.”
René Kaës (n. 63, 1993)
René Kaës, incansable promotor del grupo
psicoanalítico en Francia con un entorno adverso aferrado a la ortodoxia
lacaniana. Además, entrañable contertulio de nuestros congresos y asiduo
invitado en nuestras páginas. En esta época reflexionaba sobre el sufrimiento
psíquico en las instituciones de contención.
“Mi interés científico y profesional por
los grupos data de cuando estudiaba con Didier Anzieu en Estrasburgo… en aquel
tiempo hacía paralelamente estudios psicosociológicos sobre las
representaciones de la cultura con obreros franceses… Actualmente estoy
trabajando sobre la relación que hay entre el proceso asociativo en la cura
individual y los procesos asociativos en grupo; estoy interesado en indagar
acerca del funcionamiento del analista que está en supervisión… me interesa
mucho lo que se pone en juego en el análisis del proceso asociativo, cómo se
abren las vías de lo reprimido y cómo se produce la represión a partir de los
enunciados… Parto de la hipótesis de que el proceso asociativo se organiza a
partir de lo reprimido.”
Fernando Savater (n. 64, 1993)
Una conferencia en la Universidad Autónoma
facilitó este encuentro. Se quejaba entonces de que después de tanto trabajo de
investigación profunda, fueran los escritos de divulgación sobre ética y
política dedicados a su hijo Amador los que le estaban permitiendo mayor
difusión. Savater es denso y ameno, afirmé entonces; mucho ha evolucionado su
imagen pública desde esas fechas.
Pregunto sobre la posibilidad de concebir
el ideal como lugar de confluencia de ética y psicoanálisis: “Es probable que
sí, efectivamente, la constitución del ideal que es histórica, cultural,
artística... tiene también elementos de desarrollo psíquico, puede haber una
visión genealógica en el sentido psíquico del ideal, ¿no? Creo que en Ética y
amor propio intenté diseñar cuál era la genealogía psíquica del Ideal del Yo,
la visión del narcisismo positivo. Freud siempre muestra ambivalencia en torno
al narcisismo, parece que puede tener elementos regresivos pero por otra parte
es imprescindible; también puede aplicarse al ideal en el terreno ético. Es
decir, por una parte los distintos ideales éticos guardan cierta tendencia al
anquilosamiento y a la hipóstasis esclerótica de sí mismo, cerrando el camino a
otras posibilidades y a hipostasiar imágenes prefabricadas de una santidad más
bien represiva. Junto a esto, naturalmente, estos ideales son imprescindibles
como orientación de las conductas privadas y públicas, de modo que creo que sí,
que es posible que exista ese punto de confluencia.”
Nestor A. Braunstein (n. 65, 1994)
La entrevista tuvo
lugar tras una conferencia que ofreció sobre el eterno retorno y el
psicoanálisis. Me sorprendió la disyuntiva planteada: “O tiempo o espacio”;
tiempo sin espacio en el enunciado, espacio sin tiempo en la enunciación. Entre
tiempo y espacio no hay traducción sino desciframiento. El eterno retorno es la
negación de la trascendencia… “Tomo como punto de referencia una afirmación de
Freud casi desconocida porque no está editada con el resto de su obra… plantea
dos sistemas funcionando, uno puramente en tiempo de tiempo y otro puramente en
tiempo de espacio y lo inconciliable e inconmensurable entre los dos sistemas.
Luego planteó la situación del análisis mismo como una situación en la que
sobre esa estructura que supuestamente es espacial, intervenimos en medio del
discurso y, por lo tanto, de la sucesión diacrónica, en medio del tiempo…
Articular tiempo y espacio cuando se presentan en estos dos sistemas inconciliables remite a la diferencia que
también se da entre escritura y palabra. La escritura y su sincronía, esa
manera en que podemos pensar; tenemos un libro que sincrónicamente está todo
ahí, pero para saber lo que dice necesitamos leerlo, es decir, desplegarlo en
la diacronía…”
Espacio y tiempo trascurren en una especie
de intrincación, salvo en esos momentos psicóticos o cuasi psicóticos donde se
disocian. Espacio intemporal, tiempo inespacial.
Janine Puget (n. 66, 1994)
Un congreso en torno a los síndromes que
podrían marcar el siglo XXI, aún en el horizonte.
“Si a principios de siglo los grandes
síndromes podrían haber estado en relación con la represión de la sexualidad y
una de las grandes aportaciones de Freud fue descubrir la importancia de la
sexualidad infantil y de la represión, hoy en día, esta ha sido aceptada en la
mayor parte del mundo. En cambio, las luchas institucionales, las luchas
ideológicas y los síndromes dependientes de los valores e ideales puestos en
juego en los agrupamientos y en la constitución de las instituciones, están por
ahora fuera del campo de la comprensión analítica... A mí me fue muy útil el concepto
de ideología tal como lo trabaja Kaës; dice que es un compuesto en el que tenemos
ideas, ideales e ídolos. Ídolos hacen al Yo ideal, en el cual tenemos tanto los
ídolos heroicos, eróticos, de vida, como los ídolos tanáticos de muerte. En
cambio los ideales tienen más que ver con el Ideal del Yo y con aquellos
valores heredados, transmitidos, construidos por el propio sujeto en base a las
series complementarias y a su vida diaria en que va construyendo sus ideales en
función de su capacidad sublimatoria. Las ideas tendrían que ver con un proceso
yoico ligado a la capacidad de pensar que es la capacidad de crear ideas
propias, pensamientos propios.”
Jean Claude Rouchy y Fernando Ulloa (n. 67,
1994)
Como punto de encuentro sugerí la frontera
entre lo interno y lo externo...
Ulloa: “Adentro y afuera se funden en el
propio análisis, donde el sujeto va tomando conciencia y, a partir de ahí, algo
va haciendo efecto en ese sujeto y repercutiendo en el afuera. El psicoanálisis
es como el inglés básico, cuando uno sabe esta base, la calle le enseña el
inglés. Cuando se ha logrado cierto nivel de propio análisis, el oficio enseña
análisis. Todo análisis válido que uno conduce es propio análisis, tiene
efectos; la exageración sería decir que, a veces, uno se analiza con los
pacientes. Trabajo mucho en formación y capacitación de personas atravesadas
por el análisis y es muy común que el análisis crítico que hago del conflicto
de la institución que los organiza, tenga importantes efectos grupales, pero si
no se dan también efectos singulares en cada sujeto no da mucho resultado...”
Más adelante, Rouchy: “Aunque estoy de
acuerdo con ciertas conclusiones, no tengo la misma línea de análisis. Por dos
cosas, en primer lugar porque cuando hablo de cultura no lo hago de forma
general, sino de la incorporada en el grupo de pertenencia primario, que puede
variar en función de ese grupo de pertenencia... Retomaré la diferencia entre
los grupos primario y secundario. He hecho una crítica de Psicología de las
masas en la medida en que pienso que Freud, como los antropólogos culturales,
tiene tendencia a pasar directamente de un análisis de la sociedad al
individuo, faltando entre los dos el eslabón del grupo. Puedo encontrar este
eslabón en la forma en que Fernando analiza las situaciones... Entre la
institución y el individuo, se encuentran individuos en grupo, grupos en
organizaciones e instituciones que dan sentido a este sistema de organización.”
Angel Fiasché (n. 68, 1995)
Juan Carlos de Brassi es el encargado de
acercarnos a Fiasché, psicoanalista miembro fundador del Goteborg psikoterapi
institute (Suecia).
“Los medios de comunicación social
funcionan cada vez más incitando a una producción de subjetividades que no
contribuye al desarrollo de la investigación social de la ciencia
psicoanalítica, menos aún a la clínica psicoanalítica, expresión y compromiso
primario implícito en la fuente motivacional del creador del psicoanálisis. El
pretendido renacentismo filosófico, cuya incursión desde la arquitectura al
psicoanálisis –pasando por la política, etc.- hasta ahora no ha contribuido más
que a confundir con su intento de totalización del fenómeno social, cuyo
protagonista esencial es el Hombre, inserto en una problemática que nace con la
historia y tiene asegurada su continuidad gracias a la organización
intrapsíquica de ese único animal que registra el pasado, presente y futuro. La
continuidad histórica en el hombre y, por ende, en el contexto en que se
desarrolla en el marco de referencia social, que ha ido transformando
incesantemente, asegura la continuidad del mundo social.”
Maud Mannoni (n. 69, 1995)
Inicia Gárate el encuentro rememorando...
Hemos batallado juntos en lo institucional, hemos realizado proyectos –de
jornadas, libros- en lo teórico. Tenemos una trayectoria en donde ella me honra
con su confianza y, creo, que con su amistad.
“En cuanto a Lacan, tenemos que poder
discernir los diferentes períodos de su vida. Cuando le conoció Octave en los
años cuarenta, a su retorno de Madagascar; un día que estaba con gripe y no
podía ir a ver a Lacan, fue este quien se desplazó para ver a Octave. Durante
el análisis, Lacan manifestaba interés y participaba, lo mismo que conmigo.
Cuando tenía un paciente que se encontraba en un momento psiquiátricamente
difícil, en donde se le podía situar como peligroso para sí mismo, era alguien
capaz –yo se lo he visto hacer-, de pedir un taxi y llevarse al paciente a una
clínica, dejando a todo el mundo en la sala de espera, para que pasase ese
momento difícil con el suficiente cuidado.”
Un Lacan distinto y mucho más fértil a ese
otro de los últimos tiempos alejado de los otros y sólo próximo a sí mismo.
Takashi Yamaguchi (n. 70, 1995)
Nos encontramos en el doceavo Congreso
internacional de psicoterapia de grupo en Buenos Aires. Psiquiatra formado en
Japón y Estados Unidos en terapias psicoanalíticas individuales y de grupo.
Investiga ahora a partir de su trabajo con pequeños grupos de supervivientes de
la bomba atómica de Hiroshima.
“Más que quién son, plantean experiencias
en el aquí y ahora. ¿Pasó algo esta mañana? Son experiencias somáticas
individuales y no tanto descripciones intelectuales. No hablan de su
experiencia, encuentran muchas dificultades para verbalizarla. Por esa razón
práctica utilizo en estos pequeños grupos con supervivientes comunicación
verbal y no verbal. Buscamos niveles conscientes e inconscientes a través de
medios como la pintura, esculpiendo o modelando juntos… surgen los contrastes,
los pares antitéticos vida/muerte, amor/odio. Proponemos murales donde puedan
pintar lo que ocurrió al estallar la bomba, hay fuego en rojo rodeado de rayos,
modelan nubes atómicas durante horas. No es un dibujo grupal, lo hacen en
pequeños papeles que luego incorporan al mural. El trabajo es duro, pero
satisfactorio cuando consiguen hablar sobre ello… En general trabajan mejor
cuanto más en común tienen, cooperan mejor… Los supervivientes de Hiroshima
creo que son doblemente víctimas, doblemente traumatizados, por la bomba en
primer lugar, pero además por la sociedad japonesa, por los que no la sufrieron
y por las víctimas que murieron. La gente quiere excluirles, les rechazan porque
no pueden entenderles, no quieren que su presencia les confronte con esa
horrible realidad y buscan una buena excusa: la enfermedad radioactiva puede ser
contagiosa. Este tipo de discriminación ha existido durante décadas.”
La bomba atómica que provoca una crisis
emocional en cadena.
Alberto Eiguer (n. 71, 1996)
La terapia familiar psicoanalítica centra
el encuentro.
“Existe unidad en mis trabajos e ideas
porque no establezco clivajes radicales entre las terapias familiares analíticas
y los análisis individuales... Para mí lo transgeneracional puede ser
contemplado como organizador o desorganizador, funcional o disfuncional, es
decir, todos somos herederos de tradiciones, de modelos de identificación, de
leyes que constituyen las bases de nuestro funcionamiento mental, sobre todo
del Superyó, de nuestros ideales...”
Le llega el turno al narcisismo: “El
perverso narcisista quiere extender su narcisismo en detrimento del narcisismo
de cualquier otro; para conseguirlo pone en marcha cierto número de mecanismos
del orden del usufructo y la predación”.
J. B. Pontalis (n. 72, 1996)
El Vocabulario de psicoanálisis de
Laplanche y Pontalis llevaba, entonces, treinta años en nuestras manos y tiene
el mérito de mantenerse totalmente actual. Con Moreau Ricaud hablarán de la
traducción de la obra de Freud:
“Una nueva traducción implicaba una nueva
mirada. Los prefacios tienen aquí la función de poner en relación el texto de
Freud limpio de polvo y la lectura contemporánea que hace un psicoanalista actual.
A quien escribe el prefacio le pido dos cosas: situar el texto, su lugar en la
obra freudiana, eventualmente sus fuentes, sus condiciones de emergencia, las
circunstancias de su redacción, etc.; después proponemos la propia lectura.
Creo que es un buen medio para reflexionar acerca de escritos sobre los que
todos tenemos tendencia a anquilosarnos. Con mucha frecuencia los he escrito yo
mismo, tengo debilidad por este tipo de ejercicio”.
Jean Laplanche (n. 73, 1996)
Su obra Nouveaux fondements pour la
psychanalyse es el punto de partida. Dividida en dos partes, la segunda sobre
su teoría de la seducción y la primera denominada por él catártica...
“La denomino así no en el sentido de Freud
o Breuer, sino en la acepción de limpiar, depurar el campo de lo que me parece
que obstaculiza nuevos fundamentos... No hago sino quitar las minas y hacer
ocupar su lugar al psicoanálisis. No podemos contentarnos con refutar. Trato,
por ejemplo, de dar una interpretación al fundamento biológico... Somos seres
vivos y el ser psicoanalítico, si podemos llamarlo así, vive con razones para
vivir. He empleado el término vicariar, para indicar que si la motivación para
vivir se debilita en ocasiones en el plano biológico, va a ser retomada,
relevada, por motivos sexuales. Por otra parte, este aspecto vicariante tiene
otro matiz, el de modelo. El modelo biológico estructura una parte del aparato
psíquico. El Yo funciona con el modelo de un organismo. En este sentido, hablo
de un modelo real. Poco importa que se trate de una auténtica o falsa
biología”.
Claudio Neri (n. 74, 1997)
Psicoanalista muy volcado en la teoría y
práctica del trabajo analítico en grupo. También en este caso una publicación
reciente da pie al comienzo del encuentro.
“En Grupo intento hablar desde un punto
intermedio entre yo y quien lee, y el grupo clínico en que estoy. Trato en
primer lugar de hacerme entender, después comento lo que me pareció ver en la
realidad del trabajo con el grupo... Creo que el pequeño grupo terapéutico es
una forma particular de grupo en la que hay dos componentes distintos, dos
tipos de integrantes... Para mí, el interrogante más importante y más difícil
tiene que ver con la necesidad de hacer un psicoanálisis contemporáneo, un
psicoanálisis de personas que vivan la vida cotidiana, que no sean personajes
novelescos del ochocientos o el novecientos. Es importante que sea una
psicología más objetiva que subjetiva, que esté disponible para dar forma
objetiva a las dimensiones psicológicas, también es básico que desarrolle un
lenguaje que no sea ridículo. Además conviene interrogarse sobre si simplemente
saber más, la explicación, es terapéutica, por qué saber más tiene que
significar que se está mejor...”.
Horst Kächele (n. 75, 1997)
Psicoanalista didacta de la IPA y líder del
grupo de investigación de la Universidad de Ulm en Alemania.
“El psicoanálisis ha proporcionado un
entendimiento del sufrimiento humano y también ha desarrollado una teoría para
el tratamiento, que se focaliza en la relación de los síntomas con los
conflictos inconscientes. La idea central que persigue cualquier técnica psicoanalítica
es revivir estos conflictos. Cuanto más intensa es la situación de tratamiento,
más diversidad de conflictos surge. La cuestión no es si hay diferencia entre
psicoanálisis y psicoterapia analítica; la base, la concepción del tratamiento
es muy parecida, prácticamente la misma. Al menos yo creo que es más un asunto
idiomático, una distinción del lenguaje, que algo derivado de una demostración
empírica. Las estrategias son básicamente las mismas... Para mí, la diferencia
básica entre los dos tipos de actividad psicoanalítica reside como en un
encuentro artístico, donde los sistemas de creencias nucleares implicadas por
ambas partes, son suficientes para garantizar una actividad satisfactoria”.
Tilmann Moser (n. 76, 1997)
Estudió literatura, periodismo, sociología
y politología. Además se forma como psicoanalista en el Instituto Sigmund Freud
de Frankfurt. Fue docente en Criminología y Psicoanálisis en la Facultad de
Derecho de la Universidad de Frankfurt y tiene consulta privada en Friburgo.
Con este abanico de posibilidades, el encuentro se centra en una de sus
especialidades: psicoanálisis y trabajo corporal.
“Con el trabajo corporal crece mi
entendimiento acerca de la importancia y fertilidad de la teoría psicoanalítica
desde el punto de vista de la psicología evolutiva. Se profundiza en la
identidad, pero también en la transferencia. Al margen de criterios parciales
como la teoría pulsional, encuentro que se confirma todo lo que el
psicoanálisis ha investigado desde sus inicios, sólo que lo aplico de un modo
algo diferente... Toda una serie de pacientes proviene de familias en las que
no han aprendido a expresar sentimientos en palabras, o ni siquiera han
aprendido a detectarlos”.
Emilio Rodrigué (n. 77, 1998)
Dentro del homenaje que le dedicamos en
este número, incluimos la entrevista completa.
José Gutiérrez Terrazas (n. 78, 1998)
Su estudio sobre las consecuencias de la
teoría de la seducción imaginaria tanto en el aspecto teórico como en el
clínico sirve de punto de partida a Oscar Álvarez para iniciar la charla.
“Desde el planteamiento de la Teoría de la
seducción originaria, no cabe llamar objeto a esos objetos de entrada: el
objeto es una noción que precisa del espacio intrapsíquico, del funcionamiento
del aparato psíquico. El objeto externo toma así otro cariz. Se trata de
decidir si la primacía en el dominio pulsional o sexual corresponde al aparato
psíquico o corresponde al objeto externo desde sí o por sí. En otras palabras,
se trata de poner la primacía de la sexualidad en el objeto externo o en el
otro adulto versus o frente a la fantasmatización, que es como siempre se ha
planteado en el campo psicoanalítico… Hay dos posiciones que están en
permanente relación; partir de lo exterior como un dato en sí mismo, mientras
que plantear la primacía del otro lleva a considerar que lo inconsciente se va
a establecer a partir del otro, pero interviniendo el sujeto infantil de una
forma determinada que hace que se pase por un espacio psíquico específico.”
Ophélia Avron (n. 79, 1998)
En ese momento presidía la Sociedad
francesa de psicoterapia psicoanalítica de grupo con sede en París. Empezamos
la charla tras un coloquio sobre lo no verbal.
“Mi mayor preocupación en este tiempo ha
sido crear grupos de investigación; en la actualidad existen tres sectores: las
terapias de grupo, el grupo y la institución y el grupo y la familia. En cuanto
al primero, pretendemos interrogar nuestra práctica grupal en relación con las
posiciones psicoanalíticas sobre lo infantil. Designamos como infantil no sólo
lo que pertenece a la historia de infancia del sujeto, sino también a las
organizaciones defensivas que se pusieron en marcha en el momento de los
primeros investimientos objetales y la estructura edípica”.
Nicolás Caparrós y Luis Ángel Duque (n. 80,
1999)
El derecho penal ocupa el dossier del
número y es complementado con esta entrevista con el abogado que asesoraba
jurídicamente a la FEAP. Leemos:
“Históricamente nuestro derecho penal sólo
reconocía como eximentes por salud mental a los que llamaban “locos furiosos”;
a través del tiempo, de las sucesivas reformas y, sobre todo de la
jurisprudencia y la realidad social, se han ido introduciendo figuras que
contemplan el deterioro de la percepción. En la nueva reforma del código penal
es donde se sustituye por primera vez la eximente completa de trastorno mental
definido sobre aquella persona que no supiera distinguir el bien y el mal
porque desde la infancia careciera de la percepción social suficiente para
entender lo que era un delito”.
Xavier Audouard (n. 81-82, 1999)
Fue el último número del siglo. Hicimos un
especial con los trabajos de siempre y “los que vienen”. Audouard,
psicoanalista muy querido por Gárate, astrofísico desde los nueve años, fue en
este caso un brillante y discreto protagonista:
“A fuerza de indagar las cosas por de
dentro, entonces lo llamábamos introspección... descubrí a Freud y me puse a
establecer por escrito el paralelo, sistemático, entre el bergsonismo y el
freudismo. Tengo que decir que no era ninguna bobada, también me di cuenta de
que Bergson era un filósofo y que, desde mi punto de vista, Freud no lo era: se
situaba en una vertiente que, por entonces, se llamaba psicología... Tuve que
esperar mi primera entrevista con el señor Lacan a finales de los cuarenta,
para poderle explicar todo esto, lo que le llevó a decir: “Vaya hombre, usted
me interesa, me interesa usted.” Eso porque no había pronunciado la palabra
intros... –me había parado en seco-, eso le gustó... Entonces le dije que había
que relacionar a Freud con Hegel...”
Michelle Moreau-Ricaud (n. 83, 1999)
Ahora fue ella la entrevistada en su casa
parisina a orillas del Sena, como psicoanalista e historiadora apasionada por
Ferenczi, hombre de contrastes sobre el que comenta:
“Creo que cuando se siente atrapado por el
mensaje psicoanalítico se apasiona y le parece bueno, se convierte en su
celote. La idea de establecer unas normas puede ser de Freud, de Ferenczi, de
los dos que trabajaron mucho juntos con su común aspiración a la universidad...
Ferenczi comentó las dificultades que surgen en las instituciones, hay un texto
muy temprano en el que escribe sobre la patología de las asociaciones.
Protegerse con organismos internacionales ante la posibilidad de tener que
emigrar, poder establecerse en cualquier país, no es tan curioso que lo plantee
en el comienzo, lo que me sorprende más es que luego continúe con estos
planteamientos... Thalassa es una de sus contribuciones más originales, un
retorno a la biología... pero soy más especialista en Balint que en Ferenczi.”
Juan David Nasio (n. 84, 2000)
Psiquiatra y psicoanalista con el que surge
un encuentro inesperado con Gárate en París.
“Una de las maneras de designar a un
analista como tal, es considerar que lo es cuando ha llevado a cabo la cura de
un paciente convertido más tarde en psicoanalista. Esa puede ser una de las
maneras de sancionar la formación de un analista... Mi filiación remonta a
Theodor Reik; él se analiza primero con Abraham y luego con Freud. Reik
analizará a Angel Garma... que llega a Buenos Aires por el año 39. Allí lo
esperan un grupo pequeño de psiquiatras y psicoanalistas: Pichon Rivière, Marie
Langer y, sobre todo, los dos hermanos Raskovsky... lo integran y comienzan a
analizarse con él. Luego Pichón analiza a un gran psicoanalista argentino, José
Bleger, que analizará a Emiliano del Campo y este me analiza a mí. Estoy muy
orgulloso de mi filiación... Reik fue hombre de una gran cultura, de una gran
diversidad y aportó mucho al psicoanálisis.”
Betty Garma (n. 85, 2000)
Acompañó a Arminda Aberastury en su trabajo
psicoanalítico con niños y adolescentes y supervisó mucho tiempo con Melanie
Klein, con la que tanto ella como su marido, Angel Garma, establecieron una
gran amistad. Es entrevistada por Elena Barbero.
“Ángel era muy amigo de Paula Heimann, fue
condiscípulo y, en ese momento era la segunda de Klein, aunque luego se
pelearon... Arminda me sugirió llevar el material que yo tenía sobre mi trabajo
con un niño de veintiún meses; no era un análisis planeado, lo trajeron para
orientación y por cómo se desarrolló la hora de juego, el niño no se quiso ir,
se quedó y resultó un análisis de cuatro veces por semana, intensísimo, durante
seis meses... Melanie quedó entusiasmada, en ese momento recibía muchos ataques
del grupo de Anna Freud que acusaba a Klein de ser puramente teórica e inventar
cantidad de teorías que no podía fundamentar con la clínica, ¡y resulta que yo
le llevé la clínica!”
Alain Vanier (n. 86, 2001)
Veinticinco aniversario de Clínica. Vanier
es entonces presidente de Espace analytique, además de Doctor en medicina,
Doctor en psicoanálisis y Catedrático en la Universidad de París VII. Algunos
comentarios suyos:
“Bonneuil era un lugar donde el interés por
la locura y por la psicosis tenía gran importancia, lo que coincidía con los
intereses de la época, estaba en el aire. Pero también es cierto que en las
vocaciones de psicoanalistas y psiquiatras, se encuentran personas que cuentan
en su ascendencia con alguien que ha sido marcado por la enfermedad mental. Entre
ellos me cuento. También sé que durante mis estudios de Letras, me interesaron
particularmente los escritos de autores a los que se les decía locos. Trabajé
mucho a Nerval, Artaud, más cerca de nosotros, o gente como Beckett, etc.” “En
Bonneuil se insistía en que los niños salieran al exterior, que fuesen a
lugares de trabajo reales en donde se encontraban con campesinos o con
artesanos y en donde se podían realizar por medio de un trabajo encontrando, de
este modo, un lugar en las estructuras de intercambio. Mannoni no pensó nunca
que había conseguido tratar la psicosis en el sentido de convertir a los
psicóticos en neuróticos o en gente normal. La normalidad es una ficción que no
ocupa mucho espacio en el campo analítico.”
Marie Langer y Daniel Viglietti (n. 87,
2001)
Marie supo como nadie encarnar lo femenino
y el feminismo; aquí se divierte relatando una anécdota de La Habana cuando
Juan Carlos Bolonovich le presentó a Fidel diciendo: “...es vienesa y además
hace buenos postres”. Comentará Marie: “¡Para matarlo! Como feminista, de golpe
me vi entre estos dos hombres, divertidos con mis postres, que ni los hago,
porque huyo de la cocina... Entonces me preguntó Fidel qué postre vienés sabía
hacer, ¡y digo apfelstrudel!, me tomaron desprevenida, ya era irremediable, la
situación estaba perdida y hablamos de la levadura, de que no se amasa, que se
estira... ¡estábamos en una conversación totalmente estúpida, de dos amas de
casa, ¡el comandante Fidel Castro y yo! Era para llorar [dice entre risas]”.
Álvaro Monzón (n. 88, 2002)
Entre los años 1986 y 1990, Monzón gestionó
todo el proceso de reforma psiquiátrica en Aragón, la genéricamente denominada
Psiquiatría comunitaria. Tras considerarse un gestor de la locura, le dice a
Jesús Varona:
“Tenemos por delante la tarea de ver si
hemos separado lo biológico de lo social. Pero realmente lo biológico es social
y lo social es biológico, o si se quiere genético. Existe una interacción entre
las dos cosas, esto es puro darwinismo, no es nada nuevo. Lo mental, el lenguaje,
sería genético, biológico a la larga. Pero es que resulta que todo lo biológico
está fundamentado sobre una selección sexual o selección natural. Las dos cosas
coexisten para que se produzca la evolución y aparezca la especie humana. La
psiquiatría del S. XIX se individuó de la neurología y fue por un camino que
pudo ser muy biológico o muy filosófico, pero siguió un camino subterráneo de
un reduccionismo mecanicista como si estuviera separado de lo fenomenológico,
como si fueran campos ajenos. En estos momentos estamos intentando una nueva
síntesis dentro del movimiento pendular análisis-síntesis, no se puede dejar
nada de lado.”
Sigmund Freud (n. 89, 2002)
Conversación en su casa de verano, en el Semmering,
zona montañosa de los Alpes, cuando contaba setenta años.
“Quizá los dioses son bondadosos con
nosotros al hacernos la vida cada vez más desagradable a medida que
envejecemos. Al final la muerte parece menos intolerable que las múltiples
cargas que arrastramos... No me rebelo contra el orden universal, después de
todo, he vivido más de setenta años, tuve suficiente para comer, gocé de muchas
cosas –la camaradería de mi mujer, de mis hijos, las puestas de sol-. Observé
crecer las plantas en primavera. De vez en cuando disfruté de estrechar una mano
amiga. Una vez o dos encontré un ser humano que casi me comprendió. ¿Qué más
puedo pedir?... Es posible que la muerte misma pueda no ser una necesidad
biológica. Quizá morimos porque queremos morir.”
W. R. Bion y Salomón Resnik (n. 90, 2003)
Resnik recoge este diálogo como una de las
experiencias más estimulantes de su vida.
Dice Bion: “Normalmente los pacientes saben
lo que es experimentar sus emociones, pero cuando tratan de contarlo no tienen
demasiado vocabulario, de forma que puede escuchar lo que dicen mientras usted
puede mirar y escuchar cómo son, comparando ambos aspectos... Describe algo
que, estoy seguro, existe: el sufrimiento. Si es un paciente físico, puede
intentar preguntarle qué tipo de dolor es, pero con el tipo de pacientes que
vemos, aunque no sea fácil plantear esta cuestión debemos ser capaces de
reconocer los diversos nombres que se da al sufrimiento. Por ejemplo: ansioso,
asustado, aterrado, abrumado, avergonzado, etc. Son distintas variedades de
sufrimiento. Si intentaran pintarlas, utilizarían distintas gamas de color.
Pero los psicoanalistas tienen que inventar el lenguaje... La mayoría de los
analistas aceptan la idea de limitarse a la comunicación verbal, yo mismo trato
de hacerlo, pero este es tan solo un método descubierto recientemente. Tan solo
después de algunos miles de años los humanos aprendieron a utilizar la
comunicación verbal... Cuando pensamos, establecemos una especie de
comunicación con nosotros mismos, por eso es tan importante pensar con
claridad.”
Ginette Michaud (n. 91, 2003)
Ginette forma parte de la historia del
psicoanálisis lacaniano en su vertiente institucional. Discípula de Francesc
Tosquelles, amiga y comadre de Jean Oury, compañera de Sebag y de Deleuze, se
analiza con Jacques Lacan. “Trabaja con la materia misma de la psicosis -avanza
Gárate-, se la juega con la locura”.
“Comencé a trabajar con psicóticos y como
obtuve resultados que cuestionaron mucho a mis colegas, empezaron a enviarme
gente con la que no sabía qué hacer... acepté tomar en tratamiento a los más
doloridos. De esa manera me labré reputación de analista de psicóticos, porque
no me eché atrás en el trabajo con ellos... Con los psicóticos hay que elaborar
un desciframiento personal.”
Berta Roth (n. 92, 2004)
Teatro y psicoanálisis en sus raíces.
Comenta: “Yo quería poner en escena Oración, de Arrabal, un texto muy difícil.
Alguien me dijo que contactara con... Pichon Rivière; yo no sabía quién era...
le llevé la obra y me dijo: lo que vas a hacer es que mientras vas leyendo, vas
a recoger todo lo que se te ocurra, lo que leas, lo que escuches, si escuchas
música, si ves una imagen, si ves un dibujo, haces un collage y de ese collage,
vas a hacer una puesta en escena.” Hoy día, después de poder pensar qué es esa
cosa tan extraña que fabricamos con los pacientes, me di cuenta. Retomé esa
intervención para poder pensar mi clínica, para poder pensar el individuo.”
René Kaës y Essedik Jeddi (n. 93, 2004)
Ambos autores se implican en lo grupal no
sólo como espacio clínico de tratamiento; los grupos en un sentido más amplio
que abarca dinámicas y procesos sociales ocupan buena parte de su interés. En
esta charla partimos del interrogante propuesto por un periodista en torno al
análisis de atentados terroristas, los interlocutores se adentran en las
raíces...
Kaës: “Los grandes sistemas ideológicos que
se constituyen en el siglo XX, aportan un marco de referencia al servicio de la
organización social que permite elaborar los conflictos internos que pueden
surgir y que serían difíciles de trabajar sin un contexto de referencia
suficientemente estable. Hay que considerar también que todos estos
acontecimientos proveían a los ciudadanos de creencias, organizaban las
relaciones sociales y garantizaban la estructura social… Cuando se desmoronan
estos marcos sociales, que permitieron la regulación de conflictos sociales a
través de las vías mediáticas, observamos cómo, desde un punto de vista
psíquico se desencadenan nuevos valores, ensayos para lograr un nuevo
equilibrio… Hay un problema de salud mental que va más allá del sufrimiento en
sí: la necesidad de que existan dispositivos para escuchar y acoger este dolor.
Sufrir circunstancialmente es normal, pero aludimos a un dolor que no puede ser
nombrado, que destruye. El enfermo padece una angustia que le destruye, pero si
tiene a quien le escuche es distinto. Desarrollar ese dispositivo es tarea
importante y las grandes estructuras de Salud Mental no se ocupan de ello, sólo
algunas asociaciones. Creo que cuando hay una institución que escucha ese
sufrimiento y ese dolor, se le otorga un sentido que permite distintos
cuestionamientos.”
Jeddi: “Hemos llegado a un sistema en el
que el trabajo ya no tiene valor, la gente no tiene confianza en su trabajo… La
industria ofrece a la gente la ilusión de un trabajo, pero para ganar dinero
tienen que peregrinar de un país a otro. Por ejemplo, la crisis textil en
Europa lleva a la deslocalización. China, Asia, África del norte, son lugares
de paso en los que se organizan sistemas de supervivencia económica que, cuando
empiezan a ofrecer estabilidad y perspectivas, desaparecen dejando vacíos y
nuevas necesidades creadas… Como dijo el fundador de la historia, el fundador
de la sociología, Ibn Khaldoun, cuando hay crisis siempre existen dos
polaridades, la del urbanismo dominante y la del núcleo rural. El mundo de lo
rural puede llegar a interrogarse sobre el urbanismo, no sólo en lo que
concierne al dominio de la fuerza militar, ni sólo por la fuerza financiera,
sino también por la capacidad de mimetismo. El dominante tiende a adoptar el
mimetismo del dominado, su forma de vestir, de actuar, de comer, de sentarse...
si el dominante no soporta este mimetismo, se crea una crisis a nivel
internacional… La ideología puede enmascarar el nivel del cuestionamiento
cuando la gente ve los problemas sólo desde un costado, lo enmascara con
interpretaciones, se hace un discurso que rechaza interrogantes. La gente
marginada se cuestiona por qué esa realidad aporta sentido político a unos y
estigmatiza a otros.”
Diego Gracia (n. 94, 2005)
La bioética es el tema sobre el que debate
en su cátedra.
“En los años setenta se produjo una
verdadera revolución. La relación clínica clásica era muy vertical, con un
médico que mandaba y el paciente que obedecía. La ética del médico era la del
mandato y la del buen paciente, la ética de la obediencia. Así planteadas las
cosas prácticamente no puede haber conflictos. Los conflictos existen cuando
hay dos o más que intervienen en un mismo proceso de toma de decisión... En los
años sesenta se inicia la lucha por los derechos humanos en medicina... La
relación no es de peor calidad, en absoluto, pero los conflictos son más. El
objetivo de la bioética es ayudar a resolver conflictos, pero es un trabajo muy
lento.”
Jose María López Sánchez (n. 95, 2005)
Antonio Sánchez y Juan Antonio Piñero nos
acercan con cariño y respeto a este profesor de psiquiatría que utiliza
técnicas psicodramáticas en la exploración y tratamiento de pacientes
alopécicos. Reivindica tiempo, tiempo con los alumnos en la universidad, tiempo
con los pacientes...
“Tiempo hablando, sin eso no hay nada...
pero hablar es una subjetividad y así no se evalúa; es una catástrofe
globalizada... Mis territorios y límites personales son la antropología
psicoanalítica, la medicina psicosomática y aspectos relacionados con la
filosofía de Heidegger. Descubrí áreas de la filosofía muy tarde, suelo
comentar a mis alumnos que siempre lamenté esto. En la formación de los
psiquiatras y psicólogos clínicos de hoy, es un terreno desconocido y extraño,
lo que me parece muy lamentable.”
Salvador Alemán (n. 96, 2006)
En ocasiones olvidamos que los compañeros
más cercanos tienen mucho que decir. Fue bueno sacar a Salvador del discreto
lugar en el que tanto gusta instalarse. Trabajó en su tesis doctoral los
aspectos psíquicos del asma: “Escogí este tema porque soy muy práctico. En el
Hospital, el servicio de alergia estaba bajo el servicio de psiquiatría,
entonces pensé que tendría muy a mano todos los archivos; así tuve reunidos
durante siete meses todas las semanas casi a setecientos niños entre el grupo
experimental y el grupo control. Una de las cosas que conseguí demostrar es que
el programa de intervención grupal era válido porque hacía descender los
síntomas y las visitas a urgencias, subía la adaptación escolar y social y la
autoestima mejoraba. El programa resolvía todo eso, pero resultó que cuanto
mejor se encontraba el niño, mayor era su inadaptación familiar. Cuando se
empezaba a quitar la niño la medicación por su mejoría, las familias
presentaban más conflictos.”
Blancanieves y los siete enanitos (n. 97,
2006)
Encuentro en el bosque en torno a los
cuentos maravillosos con:
Lydia Calleja: “A mí me llama la atención
que en los cuentos el protagonista, ya sea niño, niña o animal, suele estar
abandonado. Se diría que el relato comienza desde la falta, la gran falta. Los
niños que escuchan se identifican inmediatamente con ese abandono. Me pregunto
si ese abandono es algo con lo que uno nace.”
Nicolás Caparrós: “No hay que olvidar que
los Grimm son fundadores de la mitología comparada. Eso quiere decir que, en un
momento determinado, reflexionan sobre el cuento, no se limitan a ser
transmisores... unen la mejor tradición de la fantasía con la mejor tradición
histórica. En Blancanieves, los famosos siete enanitos eran niños mineros que
se adentraban en los recovecos más angostos de las minas de carbón de Silesia y
así envejecían deprisa.”
Jose Luis Fernández: “Quiero hacer una
defensa de la literatura como cosa universal. La literatura no va dirigida ni a
niños ni a niñas, ni a hombres ni a mujeres... los niños, tal como yo los
imagino, son seres filosóficos y como tales, se plantean problemas y conflictos
que se resuelven en los cuentos. Uno de ellos, lo venimos diciendo, es el de la
muerte. Comprenden pronto que la gente se muere, que desaparece, la muerte
suscita desaparición. No es otra cosa que desaparición”
Esperanza González: “El abandono es dejar
al niño indefenso. La soledad es otorgarle espacio para que camine... El niño y
la niña necesitan cosas distintas dependiendo del momento, y del mismo cuento
recogen cosas diferentes... Hace años hice un taller de cuentos de hadas. Las
mujeres discutían sobre si La bella durmiente era rubia o morena, a los hombres
no les importaba.”
Alicia Mosquera: “Para mí el fallo que
siempre ha tenido el cuento de El patito feo, es que plantea a la vez la
diferencia del patito con sus padres y con sus hermanos. Por un lado tú eres
distinto de tus padres, pero eres igual a tus hermanos hasta que te das cuenta
de que también eres diferente de ellos. En este cuento el patito nunca ha sido
igual a nadie, ni a los padres ni a los hermanos, hasta que no se da cuenta de
que pertenece a otra familia no encuentra identidad.”
Ángeles Reviriego: “Yo no tengo nada claro
que los cuentos de hadas sean exclusivamente asexuados. No es lo mismo la
necesidad de una niña que la de un niño. Aunque luego venga la identidad sexual
hay algo que es previo y distinto para ambos... Me interesa mucho el tema que
apuntas, Nicolás, la representación. La dificultad de representar señala la
patología.”
Juan José Rueda: “En la infancia, Eros y
Thanatos tienen una manera peculiar de estar conectados con el sujeto. El
cuento infantil sería como una especie de registro que le proporciona al niño
una serie de claves sobre la construcción de su inconsciente. El cuento es
terapéutico para el niño. Le sirve para ordenar, disponer, calmar,”
Isabel Sanfeliu: “Quiero señalar distintos
niveles en lo que se está diciendo: los mitos que responden siempre a las
mismas preguntas en cualquier cultura; luego la escritura de los cuentos
clásicos que filtra lo anterior, pero no hay que olvidar el entorno que
envuelve su transmisión, el por qué de su relato... el cuento escuchado, el
cuento narrado, el cuento que se escribe, el cuento fantástico, el
moralizador...”
Ramón A. Mon (n. 98, 2007)
Nos reunimos por la labor que el doctor Mon
viene realizando desde hace más de treinta años en torno a la formación de
psicoterapeutas en Panamá. Junto a su trabajo clínico, ha llevado también a cabo,
como especialista en Historia de Asia y África, una investigación
psicohistórica sobre las vicisitudes que acompañan los movimientos
inmigratorios en su país. “Nos hacemos todas las preguntas que pueden surgir a
raíz de un encuentro de identidades, ni siquiera buscamos respuestas, ofrecemos
preguntas… Panamá es muy peculiar porque no tiene base poblacional indígena,
por tanto, la mezcla de culturas y etnias es impresionante. Geográficamente se
define como centroamericano, culturalmente es totalmente caribeño e
históricamente somos sudamericanos. Eso es un mercado persa. Calculo que ha
habido cinco o seis oleadas fuertes de inmigrantes chinos, ahora tenemos además
sudamericanos que pasan por Panamá para ir a EEUU y muchos se quedan porque la
base está establecida, la comunidad tiene escuelas, sociedades, y está
totalmente estratificada. Eso es lo que la gente no sabe. Desde fuera parece
homogéneo, pero al entrar se ve una heterogeneidad tremenda. Por ejemplo, los
primeros descendientes consideran que los que llegan después no tienen nada que
ver, vienen de la China popular después de la caída del Imperio. Antes venían
campesinos, ahora gente de los puertos que tienen otra idiosincrasia; fueron
criados dentro del sistema comunista chino, tienen otra forma de pensar.
Poseemos clases dentro de la misma población, pero siempre dentro de ella...
Siempre tenemos que convivir con la diferencia. Esto tiene su implicación en
términos de identidad, quién soy, qué es ser panameño. Los panameños somos una
suma de cosas rarísimas que nos hace un poco distintos... que imprime un ritmo
peculiar; a la gente en Panamá le cuesta mucho entender que se pueda estudiar
algo que no sea pragmático. Si das un curso lo primero que preguntan es ¿y qué
puedo hacer con esto? si no ven que van a obtener un beneficio del trabajo que
planteas, no lo van a hacer, van a poner todo tipo de resistencias…”
Otto Kernberg (n. 99, 2007)
El marco: un congreso en la primavera
sevillana. Manuel Martínez nos acerca al relevante psicoanalista chileno instalado
en Nueva York, interesado últimamente en la investigación sobre psicoterapia
focalizada en la transferencia, especialmente adecuada para pacientes
fronterizos.
“Los trastornos de personalidad se
manifiestan particularmente cuando las estructuras convencionales de tipo
social se disuelven, porque las estructuras sociales crean un marco que permite
a estos trastornos funcionar con relativa normalidad. Si esto se rompe parece
de repente como si hubiera más, cuando lo que ocurre es que están descompensados.
Esto es típico en los trastornos de personalidad graves que funcionan bien
mientras están en su hogar, salen para ir a la universidad y de repente se
rompen, pierden lo habitual. Lo mismo pasa en los periodos de grandes
trastornos sociales en que parecen emerger trastornos de personalidad graves.
Esta patología tiene tanto causas genético temperamentales como causas
ambientales, especialmente graves trastornos familiares sutiles o no sutiles,
en los primeros años de vida. La distorsión grave del hogar, la destrucción de
la estructura familiar, es un factor etiológico y entonces el medio social es
el que se destruye. La destrucción de la estructura familiar aumenta los
trastornos de personalidad, lo que aparece en la generación siguiente, así por
ejemplo no hay ninguna duda de que el centro de las grandes ciudades
norteamericanas donde existe una combinación de enorme pobreza, altísima
condensación de la vivienda, destrucción de la familia tradicional, descontrol
de droga y criminalidad que protege la droga, aumenta los trastornos de
personalidad en las generaciones siguientes.”
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